jueves, 13 de septiembre de 2012

LA SOR PRESA

A todos les causó una cierta sorpresa
que a una joven Sor, la tomaran presa
el nombre de esta Sor, era Teodolinda
que de paso ella era bella y muy linda.

Como era linda ella usó sus atributos
para poder robarse todos los tributos
hasta el instante que fue sorprendida
y por la policía ella cayó aprehendida.

Era de un lejano pueblo del interior
donde a veces no usan ropa interior
aquí las religiosas son como Diosas
pero algunas parecen unas odiosas.

Esta historia pues, es de Teodolinda
que ideó la manera de hacerla linda
creyó que ahí, nadie se daría cuenta
si allí con las justas sacan la cuenta.

Resulta que sólo de día era una Sor
y de noche, feroz ave rapiña de Azor
quien al realizar sus continuos robos
ella los ocultaba bajo los algarrobos.

Así que ocultamente tenía dos vidas
y terminó siendo de las más sabidas
igualmente era una de las muy vivas
encima la gente le lanzaba sus vivas.

Es que nadie sabía algo de su pasado
y ni por todo lo que ella había pasado
junto con su familia eran de mala laya
como nombre tenía, Teodolinda Celaya.

De muy joven rondaba por las iglesias
junto con una amiga, Agustina Iglesias
muy rápido se adaptó en ese ambiente
que ahí ingresaría así el padre reviente.

Empezó a frecuentar por los Oratorios
y allí comenzó a robarse los lavatorios
de a pocos se adentró por este mundo
y conoció a un Cura llamado Edmundo.

Al pasar de los años por fin se hizo Sor
por el Cura Edmundo que fue su asesor
él siempre la ayudó, hasta conseguirlo
y posteriormente, ella dudó en seguirlo.

Al ser ordenada Sor, quiso ser Sor Teo
y le molestaba, que la llamaran sorteo
y dijo: "Como Teodolinda es muy largo
mejor llámenme Teo, sino yo me largo".

Entonces, se inició con esta nueva vida
pero aún no sabían que era una sabida
y lo quería ocultar por todos los medios
para así seguir robándose los remedios.

Luego, un día que el Cura hacía Misa
entró a su cuarto y le robó su camisa
después siguió con los robos menores
no le gustaba chocar con los menores.

Solamente le robaba a la gente adulta
según ella decía:"La gente no indulta"
pero en el fondo era muy buena gente
sobre todo con toda la gente indigente.

Al ver, que no estaba el Cura Edmundo
quería conocer a gente del bajo mundo
deseaba ver, cómo esta gente se droga
para de esta forma poder vender droga.

En el lugar alguien le regaló una iguana
así fue, que pensó en vender marihuana
de esta manera puso su negocio cochino
y todas las drogas, se las daría un chino.

Todos sus negocios los hizo por lo bajo
pero hacerlo no le daba mucho trabajo
cumplía todas sus labores, en paralelo
que uno de tan sólo oírlo se queda lelo.

Ella no descuidaba sus Buenaventuras
se metía a cualquier tipo de aventuras
también oraba y se golpeaba el pecho
porque ella todo se lo tomaba a pecho.

Para las ventas se mostraba muy capaz
cobrando parecía, a una feroz ave rapaz
se manejaba cual típica avezada innata
tampoco nunca hizo una larga caminata.

Las veces que iba a visitar a las presas
la droga ella la ocultaba en compresas
y sus tráficos los tranzaría en los baños
las presas la seguían igual que rebaños.

El negocio le marchaba a los 4 vientos
y es que lo hacía sin hacer aspavientos
y a Teo todo le iba a las mil maravillas
que pensó, que ya podía comprar villas.

Pero el destino le deparó una sorpresa
ni por asomo se imaginó en caer presa
o sea, fue una fácil presa de su destino
pero lo real es, que le faltó mucho tino.

Hasta que un día se le acabó la fortuna
justo cuando estaba comiendo una tuna
la sorprenden con las manos en la masa
quien la sorprende fue la Madre Tomasa.

Le estaba vendiendo al sumo Sacerdote
quien esta vez se portó como un cerdote
ella le había llevado dos pacos de hierba
acá dijo:"Pero si es té para que lo hierva".

De pronto, se la llevaron frente al Cura
y el Cura le dijo: "Tú, ya no tienes cura"
te haré una denuncia y así te irás presa
vendrá la policía y serás, una Sor presa.

Por eso, a todos los agarró de sorpresa
de que a la Sor Teo se la llevaran presa
quien hizo de la droga, una vil empresa
y en su triste final sólo fue, la Sor presa.

                         
                       EL MANU

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